Este sainete transcurre en la España de los años sesenta, donde las buenas costumbres las marcaba la autoridad competente, que en el medio rural eran: el cura, el alcalde, el médico y el boticario.

Podría ubicarse en cualquier pueblo de la geografía española, aunque en este caso es un pueblo de Aragón donde la mayoría de sus habitantes se gana la vida en el campo. Un pueblo tranquilo donde el cotilleo no falta, todo dentro de la calma.Pero en toda aparente calma hay una tormenta, y esta se desata cuando la hija del alcalde, comprometida por su padre con el hijo del boticario, se enamora del hijo de la molinera, algo que las familias no aprueban. Un romance al puro estilo de Montescos y Capuletos, pero con aires aragoneses y mucha pasión baturra.